Entorno: parece de vital importancia que las empresas cuenten con un entorno favorable que propicie el desarrollo de las mismas. Factores como los aspectos institucionales, las condiciones del mercado o el acceso al conocimiento permiten establecer diferencias en el crecimiento empresarial entre industrias, regiones o naciones. Por ello, los factores del entorno (impuestos, nivel de renta, localización, nivel de educación, etc.) influyen en el crecimiento.
Competencia: la rivalidad entre empresas que compiten directamente en una misma industria, ofreciendo el mismo tipo de producto, es otro factor que condiciona el crecimiento de la empresa. Complementarios a este factor son la amenaza de entrada de nuevos competidores, que hace referencia a la entrada potencial a la industria de empresas que producen o venden el mismo tipo de producto y la amenaza de entrada de productos sustitutos, o sea, el ingreso potencial de empresas que producen o venden productos alternativos a los de la industria.
Proveedores: otro de los elementos que influye en el crecimiento es el poder con que cuentan los proveedores de la industria. Por lo general, mientras menor cantidad de proveedores existan, mayor será su poder de negociación, ya que, al no haber tanta oferta de materias primas, éstos pueden fácilmente aumentar sus precios, ser menos concesivos y, por tanto, influir más en el crecimiento de la empresa.
Clientes: el poder con que cuentan los consumidores o compradores de la industria para obtener buenos precios y condiciones también condiciona el crecimiento. Por lo general, mientras menor cantidad de compradores existan, mayor será su capacidad de negociación, ya que, al no haber tanta demanda de productos, éstos pueden reclamar por precios más bajos y mejores condiciones. Y, de nuevo, esto será un factor que condicione el crecimiento empresarial.
Tecnología: otro factor que influye en el crecimiento empresarial es el entorno tecnológico en el que la empresa desarrolle su actividad, especialmente cuando las mejoras tecnológicas permitan un incremento de la competitividad, ya que el incremento de la productividad animará a la empresa a buscar nuevos mercados o nuevas formas de negocio.
Acceso a financiación: la facilidad o no de acceso a fuentes de financiación externa (ya sean públicas o privadas) es otro elemento respecto al cual existe práctica unanimidad en la literatura respecto a su influencia en el crecimiento.
Apoyo de la Administración Pública: la Administración Pública es la responsable de los impuestos, la regulación del mercado de capitales, la legislación laboral o los incentivos, todos ellos factores determinantes del comportamiento empresarial. Además, en muchos sectores de actividad emite normativas de obligado cumplimiento para las empresas que operan en el mismo. Por tanto, las políticas desarrolladas por la Administración en estas materias influyen de manera decisiva en el proceso de crecimiento.